La alcachofa es una de las verduras más versátiles en la cocina. Además de tener un sabor muy particular tiene muchísimas virtudes nutricionales:

• Es muy diurética: os recomendamos añadir a los caldos de verduras con propiedades depurativas aquellas partes de la alcachofa que no os podáis comer.
• Regulador intestinal por la cantidad de fibra soluble que contiene. La inulina concretamente es fermentada selectivamente en el colon por las bifidobacterias benéficas, impulsando así su crecimiento. Este proceso se denomina efecto prebiótico.
• Después de una comida copiosa es bueno cenar un platito de alcachofas al vapor con aceite de oliva y limón.
• Pero destaca sobre todo porque ayuda a proteger el hígado, por lo que es un alimento depurativo a tener muy en cuenta.
• Estimula la producción de bilis que os ayudará a que nuestro hígado funcione mejor (contiene una serie de sustancias que se encuentran en cantidades muy pequeñas, pero que tienen notables efectos fisiológicos, como la cinarina).
• No sería recomendable para aquellas personas que tienen piedras en la vesícula.
• Alteraciones renales: la alcachofa estimula la diuresis y la eliminación de la urea cuando esta se acumula en sangre puede originar dolorosos ataques de gota.
• Muy recomendable para aquellas personas que tienen la presión arterial alta, colesterol y diabetes (contiene inulina, una fibra que reduce la concentración de azúcar en la sangre tras las comidas y que favorece el equilibrio de la flora intestinal)
• Contiene gran cantidad de vitaminas del grupo B y C además de hierro, calcio, magnesio, potasio y sodio.